martes, 24 de junio de 2014

La importancia de la sacarosa

El consumo de una bebida o comida con sacarosa se ha asociado con una mejora de la agilidad mental, la memoria, la atención, la reducción del cansancio… etc. El cerebro necesita un consumo constante de glucosa desde el torrente sanguíneo; el cerebro adulto consume 140 gr al día de glucosa, cantidad que puede representar hasta el 50%  de los carbohidratos que se consumen. La adecuada nutrición del cerebro mantiene la integridad estructural y funcional de las neuronas. Se ha demostrado que en las enfermedades mentales como la esquizofrenia, depresión y demencia, hay deficiencias nutricionales a nivel celular.



El único inconveniente de la sacarosa es que al tratarse de un producto químicamente puro, sólo aporta energía y no aporta ningún otro tipo de nutriente.
Existe una estrecha relación entre el estado nutricional y el funcionamiento del sistema nervioso central, las grasas, y en particular las saturadas y las de configuración trans, influyen negativamente en la función cognitiva, al contrario que los glúcidos, simples y complejos.
La administración de soluciones orales de sacarosa son un tratamiento seguro y eficaz para combatir el dolor agudo que causan algunas manipulaciones clínicas, tanto en niños sanos como enfermos.
Las bebidas para deportistas que contienen azúcar, minerales y agua, evitan la deshidratación, la depleción de las reservas de glucógeno y retrasan la aparición del cansancio y la fatiga, ya que el azúcar supone, en primer lugar, un aporte directo de glucosa al músculo y esto alarga el tiempo de ejercicio.
La sacarosa cuando es incluida de forma equilibrada en la dieta, tiene importantes propiedades, ya que favorece el aporte rápido de glucosa al cerebro y al músculo, siendo un glúcido imprescindible para el desarrollo de las funciones cognitivas y de la actividad física. Para evitar una rápida elevación de la glucemia, que implicaría la formación y liberación de elevadas cantidades de insulina, el resto de la glucosa necesaria debe ser aportada por el almidón, el organismo no diferencia, metabólicamente, la glucosa que viene del almidón de la que procede de la sacarosa. Lo verdaderamente importante sería evitar situaciones mantenidas de hiperglucemia, que serían responsables de la glicosilación de proteínas, entre otros efectos indeseables.




Lo importante es el seguimiento de una dieta equilibrada y variada, tanto para la salud de forma general como para alcanzar una mejor y mayor longevidad.

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